En la mañana de hoy visitamos la Orden Carmelita en
Maranatha, un lugar propicio para el silencio interior que nos habita en esta
experiencia de cruzar fronteras hacia la tierra de todos. El padre José Luis Jiménez
Alcántara nos exhortaba en la Eucaristía al expresar “¿Cómo comprender el
Evangelio sin encadenarlo? Nuestra preferencia no será jalar agua para el
propio molino, ¡Qué cansado sería vivir para el alma humana cuando se muere en
el egoísmo! Es posible sabernos y vivirnos como parte de una comunidad”.
Estas palabras nos motivan a dejarnos enamorar del Dios
migrante tan humano como tú o como yo. Nada nos detiene cuando está la
convicción de cruzar fronteras.
César (Colombia)
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