Lunes 14, Julio 2014
Un día más, un motor “Dios” que nos impulsa a vivir con disponibilidad
y entrega la dicha de compartir la alegría de la vida en lo cotidiano, en lo
pequeño, en aquello que carece de títulos, pero cuenta con un rostro y una
realidad muy propia.
Lunes por 7.30 de la mañana
iniciamos nuestro andar con la Oración Comunitaria que cada día da sentido a
ese caminar juntos, y nos encontramos con la invitación que Cristo nos hace
desde esta situación.
Cada momento que va
transcurriendo va dejando huellas, rostros y nombres propios que toman otra
dimensión cuando conocemos y formamos parte de esa historia, vamos propiciando
espacios de apertura y silencio; el trabajar “pulseras, manilletas, bordar,
cantar, jugar al futbol o al basquet” se convierten en medios sencillos en el
que vas encontrando a un Dios Esperanzador, un Dios que nos Ama y el Pan
compartido es la promesa de la Bondad que sobreabunda.
El olor, el paso del tren, las
llamadas por megáfono forman parte esa esencia que San Luis va ofreciéndonos, y
la invitación a trabajar desde nuestras trincheras al regresa a la
realidad de nuestro países;
Gratitud, Fraternidad,
Solidaridad hoy resuenan en mi corazón y la necesidad de continuar
descubriéndole y amándole en cada persona que va formando mi vida.
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