Desde nuestra llegada a Bojay, hemos experimentado muchas sorpresas, días llenos de nuevas experiencias, que nos han tocado el fondo de nuestro corazón.
Al igual que "el caminante", hemos hecho camino al andar, asumiendo las diferentes cosas que éste nos trae, con fe y alegría.
A lo largo de estos días, hemos visto llegar al albergue, niños, hombres y mujeres con sus rostros desfigurados por la angustia, el hambre y el cansancio de muchos días; rostros con miedo, miedo de volver a confiar...
Pero también hemos visto irse rostros, que, por medio del trabajo en el ropero, la cocina, enfermería, gracias a una palabra o un gesto, han conseguido transformarse, tranquilizarse y muchas veces incluso sonreír.
Y es entonces, cuando vemos esas sonrisas, que entendemos que todo ha valido la pena y que cada esfuerzo, por pequeño que sea, es importante.
Seguiremos los días que nos quedan unidos, al lado de las vías del ferrocarril de Bojay, esperando aliviar en algo el dolor o la desesperación de nuestros hermanos migrantes; ayudándolos a recuperar la dignidad perdida y sacar la sonrisa que llevan escondida..."
Margarita (Colombia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario